En el año de 1828 el botánico
inglés Robert Brown observó que en una solución
de agua el polen de cierta hierba (Clarkia
pulchella) realizaba un movimiento
continuo, muy accidentado, en zigzag. Al examinar estas partículas y después de
observaciones repetidas se convenció de que estos movimiento no surgían de corrientes
en el fluido, ni de su gradual evaporación, sino que pertenecían a la misma partícula.
Gracias a esto se logró concluir para
ese momento que el movimiento que lleva a cabo una partícula muy pequeña que
está inmersa en un fluido, se llama movimiento Browniano, este movimiento se
caracteriza por ser continuo y muy irregular.
Figura 1. Trayectoria irregular que sigue una partícula browniana.
Con ayuda de lo mencionado anteriormente
y de los puntos ya expuestos en el blog “Postulados de la Teoría Cinética de la Materia" y “La deducción matemática de la presión y la temperatura, bajo la Teoría Cinética de la Materia" les expondremos como el Movimiento
Browniano tiene de gran importancia en la comprobación de la Teoría Cinética de
la Materia.
Hacia mediados del siglo XIX se
enfrentaba la siguiente situación: por un lado, se habían planteado las leyes
de la termodinámica que, se referían a aspectos macroscópicos del
comportamiento de las sustancias; y por el otro lado, ya se tenía un cuerpo de
teoría adecuado, aunque incompleto que implicaba que la materia estaba compuesta
de partículas microscópicas, llamadas átomos.
Entonces ante la necesidad de conciliar estos
dos conocimientos, se planteó la siguiente cuestión: si la materia, en efecto, está
compuesta de partículas microscópicas, ¿qué consecuencias macroscópicas tiene
el comportamiento microscópico de una sustancia?
Gracias a esto entre 1850 y 1875 Agust
Krönig (1822-1879) Rudolf Clausius, James C. Maxwell (1831-1879) y Ludwing
Boltzmann (1844-1906) desarrollaron las bases de la moderna teoría cinética de
la materia. Supusieron que las sustancias estaban compuestas de átomos y a
partir de su comportamiento microscópico obtuvieron como consecuencia algunas
propiedades macroscópicas.
Igualmente hacia mediados del
siglo XIX se habían formado muchas hipótesis del Movimiento Browniano, en
particular se pudo probar de manera contundente que este movimiento no se debía
a que hubiera diferencias de temperatura entre dos regiones del espacio. El
movimiento browniano se presenta también cuando la temperatura es la misma en
todos los puntos del fluido. En 1863 Wiener formuló varios argumentos para
mostrar que el movimiento browniano no podía atribuirse a causas externas, sino
que tenía que deberse a movimientos internos del fluido. Asimismo, Cantoni lo
atribuyó a movimientos térmicos en el líquido, y consideró que este fenómeno nos
daba una demostración experimental, bella y directa, de los principios
fundamentales de la teoría mecánica del calor.
Figura 2. Las velocidades de los átomos de un fluido tienen todos las posibles direcciones y sentidos.
Como se ha ido explicando para estos
tiempos ya se hablaba de que las partículas que componían las sustancias se movían,
combinando así la materia y los estados de está con el movimiento browniano. Algunas
personas consideraron la posibilidad de que el movimiento browniano fuera causado
por las colisiones de los átomos del fluido con la partícula inmersa en él. El botánico
alemán Karl Nägeli publicó un trabajo en 1879 en el que trató de probar que
este mecanismo no podía ser el causante del movimiento browniano. Para ello,
usó las estimulaciones de las masas y velocidades de los átomos que se habían obtenido
de la teoría cinética para calculas los cambios en la velocidad que experimenta
la partícula browniana después de una colisión con un átomo del fluido. El químico
inglés William Ramsay llego simultáneamente a la misma conclusión y argumento
que la partícula inmersa en el fluido tiene una masa mucho mayor que la de un
átomo del fluido entonces al chocar estas dos partículas, la partícula masiva
casi no es afectada por el choque.
Figura 3. Colisión de un átomo del fluido con partícula browniana.
En el año de 1905 el físico
Albert Einstein público un célebre trabajo el que propuso la explicación del movimiento
browniano. El artículo se titulaba "Sobre el movimiento de pequeñas partículas suspendidas en líquidos en reposo requerido por la teoría cinético-molecular del calor"
En
este trabajo describió el movimiento de las moléculas suspendidas en un
líquido, y que quizás este fenómeno era idéntico a un fenómeno químico del que
había oído hablar, el movimiento browniano. Con ayuda de ese punto de partida,
continuó demostrando que podía usar las teorías del calor en vigor para
describir cómo el calor, incluso a temperatura ambiente, provocaría que las
moléculas del líquido estuviesen en continuo movimiento. Este movimiento haría
a su vez que cualquier partícula suspendida en el líquido resultase empujada. Einstein
obtuvo además de conclusiones cualitativas predicciones cuantitativas que podrían
compararse con resultados experimentales. Entre estas predicciones destacan dos
muy importantes: predijo la distancia que debe recorrer una partícula suspendida
en un fluido y además mostró que la segunda ley de la termodinámica se cumple
sólo en prome dio.
Figura 4. El desplazamiento cuadrático medio de la partícula browniana predicho por Einstein.
Es así como el trabajo de Einstein ofrece la explicación del movimiento
browniano y a su vez como este va de la mano con la teoría cinética de la materia.